21 may 2008

un poemita para recordar...

Los que declaran la sentencia última
Los que vociferan tu nombre entre delirios
Los que extienden y hacen incógnito tu significado
Los que no mencionan palabras que anteceden tu nombre
Tu nombre, tu nombre y su significado.

No me malinterpretes – dices tú
No me sobreentiendas – digo yo
Estamos pisando terrenos claroscuros que a nuestra luz no podemos ver

¿Sabrá alguien lo que corresponden tus palabras?
Entiendo que por primera vez, se hace presente lo intolerable
No sabía cómo interpretar eso, pensando que era broma
Sin embargo, después de escucharlo varias veces sentí que me aniquilaba
Ese tic tac de su andar, los reflejos de su andar y en ellos, los silencios que perpetuaban
Colocabas en lo más alto mi ser: -eres el infinito, eres la humedad de mis días…
Pero no, no lo cumpliste y te cegaste ante la idea de poner mi ser ahora
en los más bajos significados. Y todavía no lo podía creer, estaba en mi pleno éxtasis de ninfa feliz. Veo que termino donde comencé y veo que sólo fue una fábula la travesía.
No pudo haber sido más real. Recuerdo todavía esas zanjas que eran huecos para ser enteramente llenos jubilosos del néctar de ayer.
Nada me sonó tan consonante que esos días impecables, pero di cuenta que la disonancia no sonaba tan mal y te escribí poemas y te hice feliz.
Yo supe que te había dado un poco del menguante…un poco de la razón de vivir.
No me excedo, piso realidad y ya no me quedan fuerzas. Trato de flotar en mi propia levedad, como si mi cuerpo estuviera expuesto a todo y a nada, como si solo se desplazara por inercia pero con una mente fría, me acompaña mi eterno saber y la ingratitud la cargo, pero me es ajena.

Oscilas ante mis pupilas, sólo tienes dos posiciones y es como si estuvieras muerto.
Entretejes ideas que engranan perfectamente en tu caja maquiavélica que repiten sonidos graves donde todo lo consideras negro y fatal. Me da lástima que todo el néctar ahora ya sea desperdiciado y se quede entre los cauces perdidos de ese río que los acomodaba para repetir felicidad.

El objeto de mi aprecio será lo que de alguien reciba, no lo que dé.
Esas no son mis andadas y para ser franca, el olvido ha sido lo más horrible que alguien humano haya concebido. Estoy dispuesta a que seas desengranado y seas juzgado ante alguien más poderoso, no estoy hablando de trascendentes metafísicos, hablo de tu otro yo, donde sabes que las luces todavía no se disipan y sabes que estás herido, sabes que nunca repararás aquello que continuamente deseas reparar.

C.Sofía marzo 2008

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